El avance tecnológico asociado a la tecnología WebRTC (además de los ya existentes del mundo SIP), las mejores comunicaciones en entorno de movilidad (como es el caso de las redes 5G), los procesadores con mayor capacidad en los dispositivos móviles y la aparición de una mayor demanda fruto de la pandemia CoVID-19 han dado lugar a que surjan diversas herramientas, en la mayor parte de los casos de manera gratuita para los usuarios residenciales, que permiten tener una experiencia de colaboración basada en voz, video y otras herramientas multimedia.

Empresas como Microsoft (Skype, Teams), Zoom, etc. han visto multiplicar su tráfico y ha generado mayores beneficios, así como a los proveedores de plataformas sobre los que subyacen sus arquitecturas. Éste es el caso de Amazon Web Services o Microsoft Azure.

En paralelo, redes sociales como Instagram, Snapchat o TikTok han crecido en intensidad de uso y hacen un mayor uso de las capacidades de comunicación en tiempo real, desde chat a streaming de vídeo. Así, los usuarios están cada vez más acostumbrados a esta hiperconectividad.

En los últimos 15 años hemos sido testigos de la generalización de los sistemas de Voz IP (VoIP) en entornos residenciales y empresariales, así como las dificultades para garantizar la interconexión y seguridad de este tipo de servicios. También de la consolidación de SIP y la aparición de WebRTC, la todavía creciente demanda de servicios de videollamada o los desafíos de teletrabajo y la ciberseguridad. Parte de estos retos han sido superados, pero van surgiendo nuevos fruto de las nuevas demandas del mercado (nuevos casos de uso) y la disponibilidad de nuevas redes.

Las redes 4G, que prácticamente cubren el territorio, parecían ser suficientes para la prestación de servicios de comunicaciones en tiempo real, pero la aparición de las redes 5G ha generado nuevas oportunidades.

Estas redes ofrecen mayor ancho de banda, menor latencia y una mayor capacidad de dispositivos por celda. En el caso adicional de utilizar bandas de frecuencia bajas también permiten una mayor penetración. Todas estas características son interesantes para el mundo de las comunicaciones unificadas, ya que la transmisión de vídeo es bastante intensiva en el consumo de recursos. A modo de ejemplo, estas redes deberían permitir el envío de vídeo en tiempo real desde un vehículo, la toma de decisión remota y la transmisión hacia el coche para decidir, por ejemplo, un frenado de emergencia. En el apartado siguiente analizaremos el potencial de 5G y las expectativas de 6G para gestionar el tráfico de comunicaciones en tiempo real.

Detrás de las tecnologías habilitadoras de 5G hay otras oportunidades como son el OpenRAN, las redes 5G privadas o la computación perimetral o Edge Computing. La idea de esta última es descargar en el extremo de la red de acciones que tienen carga procesal para disminuir el consumo de red y reducir la latencia.

El último desafío a indicar es aquel que afecta al alcance del proyecto 6G ON TIME. Tanto SIP como WebRTC también están sujetos a mejoras en su rendimiento. Son tecnologías diseñadas y relativamente optimizadas para las comunicaciones en tiempo real, hasta el punto que se utiliza WebRTC, por ejemplo, en escenarios de streaming (al reducir la latencia habitual de estos servicios) pero eso no evita que estén sujetas a posibilidades de mejora.

Existen iniciativas para la reducción de cabeceras o la eliminación de intercambios de mensajes para el registro de usuarios y el establecimiento de llamadas, la mejora de la gestión del envío de media, la estimación de los canales para maximizar la experiencia del usuarios, etc. que permitan reducir los retardos generados y que complementen los avances en la gestión del acceso a redes 5G y 6G.