INGESTIA | NFT y blockchain en broadcast

16 octubre 2023

NFT y blockchain

El IBC, posiblemente la feria de la industria audiovisual más importante de Europa y a la que Quobis ha tenido el placer de asistir en varias ocasiones, bien como expositores, speakers o visitantes , presenta en su programa topics como este “multi-platform delivery” , “OTT” & “monetisation of content”…

Fijémonos por un momento en la monetización de contenidos, y en cómo tecnologías como los NFTs y el blockchain permiten nuevos modelos de negocio, frente a la tradicional cadena de valor (productora > canal > anunciante) restringida a unos pocos players hacia un contexto más abierto.

Entre 2021 y 2022, el segmento de las competiciones deportivas, pioneras en el uso de NFTs, dobló su volumen de negocio alcanzando los US$2 billones, con más de 4 millones de fans comprando NFTc coleccionables. Esto es solo un ejemplo, pero nos da una idea de la dimensión económica de estas tecnologías en los medios.

Tal vez, al público español esto de resulte exótico, o tenga la sensación de que es algo que se está cocinando en exclusiva en el mercado USA, pero sirva como ejemplo el hecho de que LaLiga, haya llegado a un acuerdo con Sorare, un marketplace de “cromos” digitales, para entrar en el mundo de los NFTs.

Cuando se habla de cuestiones relacionadas con blockchain, enseguida surgen los fantasmas resultantes de prácticas especulativas con criptomonedas, así como el impacto medioambiental de este tipo de tecnologías. Parece que pasado el hype inicial, la tecnología empieza a demostrar su madurez para otros casos de uso. El hecho de que Ethereum, haya conseguido reducir su consumo de energía un 99,95%, tiene un impacto muy positivo en el sector de los medios, ya que la mayoría de de las aplicaciones de NFTs usan Ethereum.

¿Para qué sirve un NFT?

Los NFT permiten demostrar la propiedad y los derechos de uso de cualquier contenido digital mediante la asignación al contenido de un identificador específico no duplicable que se registra en una base de datos distribuida, o cadena de bloques, normalmente Flow o Ethereum.

La propiedad de un NFT puede incluir, aunque no es obligatorio, la propiedad del activo digital subyacente. Por ejemplo, en el caso concreto de los NFT deportivos vendidos hasta la fecha, la mayoría no tienen derechos de propiedad o uso en los medios subyacentes. Dicho en otras palabras, el propietario de un NFT de un vídeo con el punto más espectacular de la jornada en la NBA no podrá usar ese contenido para hacer camisetas y venderlas a los fans del equipo.

Cada NFT, incluye un contrato inteligente (smart contract) cuyos términos son aplicables indefinidamente y que se ejecuta de forma inmediata e irrevocable con cada operación.

Derechos de autor y obras derivadas

Los productos audiovisuales, son obras compuestas por diferentes partes (el compositor de la banda sonora, la narración del periodista, la fotografía del cámara…). Los contratos inteligentes, pueden ser empleados para pagar a creadores independientes como autores, músicos y cineastas, sin la necesidad de intermediarios que comisionan por ello.

Al agilizar este proceso, reduciendo la burocracia y evitando la limitación de acceso a materiales de catálogos específicos, el creador del producto final puede disponer de un abanico más amplio de assets al tiempo que se garantiza el pago por el empleo de los assets que conforman la obra final, cada vez que esta es reproducida (salvando las distancias, como sucede cuando escuchas una canción en Spotify pero con un concepto más descentralizado).

Esto puede dar mucha agilidad al proceso de producción, ya que permitiría por ejemplo, meter en un programa de TV un streams en directo de un TikToker, respetando los derechos de autor de cada parte, sin complejos contratos, ya que la pieza queda marcada como una co-autoría desde su creación, y en todas las versiones que se puedan generar en el futuro.

Una nueva era para las agencias de noticias y el periodismo:

La trazabilidad que aporta el blockchain, es una gran ventaja a la hora de garantizar el origen y autoría de una determinada información.

La principal agencia de noticias italiana ANSA, que representa a los 24 mayores periódicos italianos y distribuye unos 3k artículos al día, anunció ya en 2020, el uso de una solución basada en Ethereum para garantizar, que la tanto el contenido en su plataforma como el distribuído en otros sites o medios sociales, son en origen noticias suyas y que no han sido modificadas.

Otra iniciativa, en este caso liderada por “The New York Times Research & Development”, pone su acento en el fotoperiodismo. La premisa de la que parte es que una imagen puede ser fácilmente manipulada y difundida ampliamente a través de redes sociales, mensajería instantánea, buscadores… y que la solución puede ser añadir contexto a dichas imágenes. Por ejemplo: el historial de modificaciones de la imagen, metadatos (hora y lugar, el editor y el pié de fotos original), introducir una marca de agua…

Estas iniciativas nos hablan de cómo asegurar el valor de una información, su veracidad y autoría, aportando información complementaria a los medios compartidos.

Nuevas oportunidades para monetizar los contenidos.

La producción de contenidos, da lugar a un volumen ingente de contenidos que no se llegan a distribuir, pues durante el proceso de edición lineal son descartados para encajar el proyecto en una duración determinada, o en un marco editorial o de producción determinado. Esto supone un creciente coste de almacenamiento, que en principio puede no tener un retorno directo.

Todos conocemos la versión “Directors Cut” de grandes blockbusters, o los contenidos adicionales (muy habituales en los ya defenestrados DVD)… que parecen paliar la frustración de los autores que no han podido desplegar todo el potencial de la obra, por limitaciones de duración o criterios que impuso el productor ejecutivo alejados del criterio artístico.

Contenidos complementarios de valor añadido:

Es un hecho, que cualquier producción genera una serie de subproductos que hoy en día pueden completar la oferta del original, e incluso ofrecerse como experiencias exclusivas o coleccionables.

Marketplace de contenidos:

Ya podemos encontrar en la web, diferentes fórmulas para acceder a los NFTs: comercios, subastas, ferias virtuales de coleccionistas, plataformas de crowdfunding, market places (Opensea, Thetadrop)…

Algunas de las mayores productoras de contenidos del mundo, como Fremantle (American Idol, X-Factor…) o FOX ya utilizan estas plataformas para explotar el fenómeno fan, y fidelizar a sus audiencias de diferentes maneras.

Por ejemplo, American Idol (Fremantle), puso a la venta un paquete de cartas digitales (el comprador no sabe lo que le va a tocar), para generar una dinámica de intercambio entre su comunidad de seguidores: ¿qué te ha tocado? ¿Te lo quedas o lo vendes en ThetaDrop (un marketplace)? Además, generaban experiencias combinadas con retransmisión del programa en directo, del tipo, si tienes la carta del artista que ha ganado hoy tienes un premio.

Uno de los grandes desafíos para estos productos es que se mantengan accesibles para grandes audiencias, esquivando las pulsiones especulativas, que terminan por desanimar a los seguidores más acérrimos, realmente vinculados al contenido pero no tanto al aspecto financiero de los NFTs.

Un enfoque más amplio, es el de FOX. Con su mayor éxito “The MaskVerse” (algo así como Mask Singer en España), que a través de la plataforma Eluvio, cubre todo el ciclo transaccional, billetera de medios (wallet) para los usuarios, reventa… siempre con la posibilidad de interoperar con otras plataformas como Ethereum o Solana. Importante, este concepto de apertura a otros canales de distribución.

Interactividad con los contenidos:

Ya hemos visto que las productoras quieren ir más allá de ofrecer un artículo o bien digital coleccionable y profundizar en cómo la audiencia se relaciona con el contenido. Incluso, personalizar la experiencia en función de lo que cada espectador esté dispuesto a hacer a cambio de un contenido diferente o premium, o incluso a cambio de intervenir en decisiones creativas (escoger un final de una serie por ejemplo).

Si hay un nivel máximo de “engagement” es aquel en que la audiencia es partícipe de la propia creación del contenido. En esta línea, el ejemplo de Moviecoin, es tal vez el que lleva más lejos el concepto de crowdfunding, prometiendo que tus NFTs te dan derecho a una participación sobre los beneficios de las películas en las que inviertas.

También hay ejemplos enfocados a la producción TV, como el programa de citas interactivo, lanzado por la criptocomunicadad Mad Realities, Proof of Love, que ha contado con más de 1500 miembros contribuyendo a la co-creación del programa, participando en decisiones tales como escoger quien continúa en el programa o quién es eliminado.

Tokenizar la producción de contenidos, abre la posibilidad de ofrecer contenido premium (o fragmentos de contenido) sólo a quien los pague. Por ejemplo, ¿quieres saber qué hay dentro de la caja? El primero que compre el NFT lo sabrá. En otras palabras, se abren puertas de interacción entre el creador de contenido y la audiencia.

Metadatos de configuración de parámetros de imagen y sonido (Premium / custom / standard)

El ecosistema continúa evolucionando, en parte, gracias a las nuevas capacidades del hardware de reproducción.

Un ejemplo, es la propuesta de Samsung junto con Nifty Gateway, que te permitirá no sólo visualizar y adquirir NFTs en sus TV de gama alta, sino también usar los metadatos adjuntos para modificar los presets de la configuración de tu TV para obtener una experiencia lo más parecida posible a la que el creador del contenido ha previsto.

Next article

Cómo humanizar la banca digital

La deshumanización de los servicios digitales bancarios es un error de diseño, por lo tanto tiene solución.Es un hecho, [...]